Belleza roja podría leerse como unanovela fantástica si su trama no nosretrajera una y otra vez a la vida detodos los días. O podría ser una novelarealista si el mundo no se quebraracada tanto y con magistral sutilezaentre sus páginas. Un fotógrafo de notaroja vive poseído por la voluntad dehacer de su trabajo una obra de arte,una clínica de belleza crece al margendel mundo y sus estándares.
En esta novela de Bernardo Esquinca,las dos historias se trenzan hasta desembocaren un clímax siniestro, cercanoa la prospección apocalíptica. En elfondo latesiempre la misma pregunta: ¿a quéestaríamos dispuestos con tal de obteneruna tajada de lo sublime?