Albert Camus, Raymond Aron y León Blum, tres intelectuales franceses muy distintos entre sí, tienen en común la valentía de haber defendido sus convicciones frente a la visión dogmática dominante en la izquierda de los años de la postguerra. Tony Judt, uno de los historiadores más prestigiosos y respetados, se vale de estas figuras para arrojar luz sobre los grandes dilemas morales del pensamiento político contemporáneo.