En su libro anterior, David Haskell narraba lo que vio, oyó y sintió tras pasarse un año entero sentándose cada día en la misma piedra del mismo bosque. inesperadamente ese libro le hizo ganar fama mundial y los premios más prestigiosos.
En este segundo libro, Haskell sigue mirando y escuchando, pero recorre el mundo para relatar las historias de una docena de árboles muy distintos entre si: en reservas naturales, en parque urbanos, en las aceras de las metrópolis o en un montecillo japonés, encuentra el sonido de la naturaleza comunicándose y creando lo que él llama "la comunidad de los seres vivos".