Comparto con los autores la absoluta convicción de que la sociedad en su conjunto y las empresas, en particular, se merecen líderes y directivos que sean capaces de desempeñar un liderazgo con responsabilidad profesional y ética en sus actuaciones. Que tengan un sentido de justicia y un elevado nivel de consciencia sobre las consecuencias de cada una de las acciones que se toman. No podemos olvidar que estas decisiones juegan un papel decisivo en la creación del futuro de la sociedad y, por ende, en el futuro de las compañías. José María Álvarez-Pallete, consejero delegado de Telefónica.
Tras leer este magnífico libro, me surge la siguiente reflexión: se hace necesaria una recuperación de la vivencia de Dios en nuestra sociedad. Sólo así comprenderemos que nuestros semejantes son nuestros hermanos y que contribuir al bien común es un propósito por el que merece la pena acometer futuras empresas y que, sólo así, saldremos de la crisis en la que nos encontramos. José María Fuster, director general de Innovación de Banco Santander.
