El psicoanálisis tiene que afrontar cada vez más una clínica en la que los trastornos narcisistas se evidencian como riesgo de fragmentación, pérdida de vitalidad, alteraciones de la autoestima. De allí la necesidad de repensar el narcisismo para dar cuenta de ese movimiento donde el objeto se transforma en sujeto a través de las vicisitudes pulsionales y su devenir identificatorio. No habrá teoría del sujeto si no se dilucida el trayecto entre la discriminación transubjetiva y la aceptación de la alteridad y el devenir. Para su análisis, el autor se nutre de la metapsicología freudiana y posfreudiana, de la clínica y de ciertas temáticas transdisciplinarias, como los sistemas abiertos, la determinación y el azar, y las teorías de la complejidad.