Una materia firme que conserva su aspecto se llama sólido. La que tiene volumen pero no una forma constante se llama líquido. Aquella que tiene un volumen variable y no posee apariencia fija, que flota en derredor se llama gas. El cuerpo de las personas contiene los tres y en el resto del planeta también se les encuentra. Pueden convertirse una en otra: el agua líquido, cuando se congela se torna en sólido, y cuando hierve, en gas. Los cambios en la temperatura son los que provocan su transformación.