Soy Cuba presenta una selección de los mejores carteles de cine producidos en Cuba desde la década de 1950 hasta principios de la década de 1970. Famosos en todo el mundo por su atrevida originalidad y su brillante y nítida sensibilidad gráfica, los carteles de cine cubano de la época revolucionaria son tan apreciados como los pósters de películas polacas más melancólicos y abstractos de la misma época. Susan Sontag dedicó buena parte de su famoso ensayo de 1970, "Posters: Advertisement, Art, Political Artifact, Commodity", a la paradoja particularmente satisfactoria que presentan. "Los cubanos hacen afiches para publicitar cultura en una sociedad que no buscapara tratar la cultura como un conjunto de productos: eventos y objetos diseñados, ya sea conscientemente o no, para su explotación comercial. Entonces, el mismo proyecto de publicidad cultural se convierte en algo paradójico, si no gratuito. Y, de hecho, muchos de estos carteles realmente no satisfacen ninguna necesidad práctica. Un bello póster hecho para la muestra en La Habana de, digamos, una película menor de Alain Jessura, cada actuación se agotará de todos modos (porque las películas son uno de los pocos entretenimientos disponibles) es un artículo de lujo, algo hecho al final por su propio bien. Muy a menudo, un póster para el ICAIC [Instituto Cubano de Artes Cinematográficas] de Tony Reboiro o Eduardo Bachs equivale a la creación de una nueva obra de arte, complementaria a la película, más que a un anuncio cultural en el sentido familiar.
