A diez años de la caída del muro de Berlín, símbolo del inicio de las transiciones del comunismo, el antiguo bloque del Este ya no existe, así como tampoco existe la Unión Soviética ni Checoslovaquia. Lo que permanece es el antecedente comunista de todos estos países, pero los caminos que han seguido son muy distintos. Mientras que los países de Europa central como Polonia, Hungría y las repúblicas Checa y Eslovaca, se encuentran en pleno proceso de recomposición económica, social y política, y en vías de integración a la Unión Europea, Rusia se encuentra inmersa en un proceso de descomposición en todos estos ámbitos además de padecer una desintegración territorial que la ha llevado a varias guerras a cual más sangrienta, y al aplazamiento de una nueva conciliación.
Transiciones a la democracia permite adentrarnos en las diferencias y semejanzas entre los países que componen esta parte tan importante del mundo. Pero también le tiende un espejo al lector en el que se refleja la situación de nuestro país, con el dilema que vivimos todos sus ciudadanos: ¿avanzamos hacia la recomposición de nuestra sociedad o nos precipitamos en su descomposición?
