Suerte de apostador es una 'historia extraña' escrita por el autor alemán romántico E. T. A Hoffman, mejor conocido por su novela El cascanueces y el rey de los ratones (1816), la cual sirvió de inspiración para 'El cascanueces' de Tchaikovsky. Un joven barón alemán disfruta de una racha de suerte en las mesas de apuesta y se vuelve adicto al juego.