El círculo familiar de Georges Hourdin se contrae al morir su esposa y a la partida de los hijos. El anciano septuagenario queda solo, a cargo de su hija menor, con sindrome de Down, MAri.Anne.
A pesar de sus limitaciones, la joven logra adquirir cierta autonomía, al integrarse a la vida social y productiva, gracias al amor y a la perseverante educación que le proporcionaron sus padres,para quienes siempre fue un ser completo, digno de respeto y confianza.
En este conmovedor relato, Hourdin aborda con objetividad los verdaderos problemas que enfrentan tanto los padres de hijos impedidos, como los psiquiatras y los educadores: el respeto a la vida y sus límites, la fecundidad de la pareja y sus consecuencias, la realidad y las exigencias de la sexualidad en un cuadro aparentemente excepcional, la interrogante de transmitir la fe a las personas incapacitadas, el deber de compartir la vida, de darles la libertad, de permitirles conocer el gozo de vivir.
