Un nuevo modelo de sociedad para México se retorna desde la perspectiva disciplinar de Trabajo Social en vertientes aparentemente desacordes, como el repensar los derechos sociales, los criterios de inclusión y exclusión que engranan las políticas públicas centradas en producir procesos democráticos participativos así como el alcance de la capacidad de respuesta de instituciones, políticas y programas que no están permeando la capacidad de respuesta de las personas y familias a sus apremios sociales, como los que ahora se suscitan con mayor nivel de riesgo en la seguridad y la salud personal.
De ahí la importancia de recuperar diseños de políticas públicas cifrados en el enfoque de gobernanza, sistemas de representaciones que involucran a gobernantes, ciudadanos y derechohabientes -e incluso a profesionales de la comunicación-, en torno de la percepción de los niveles de inseguridad en el contexto de valores, significaciones y procesos de socialización de la ley y estrategias favorables a la convivencia ciudadana y cotidiana.
Así, es posible aquilatar la importancia de instrumentar nuevos modelos y estrategias de prevención, atención e intervención ante problemáticas sociales de diversa índole: violencia social y comunidades en riesgo, situaciones de corresponsabilidad social asociadas a padecimientos médicos; modelos de intervención innovadores y estrategias de desarrollo territorial y comunitario.