En tiempos en los cuales la maldad, el vicio y la corrupción han atrapado y devastado los lineamientos morales que sostienen la existencia de los grupos humanos y sociedades, estragándolos y conduciéndoles a las conductas antisociales y delictivas, al punto de debilitar notoriamente las barreras institucionales de contención destinadas a asegurar el orden y la paz (Sean policiales o judiciales); los brillantes mensajes escritos por el notable criminólogo Wael Hikal siembran una esperanza que se extiende no sólo a sus valiosas obras sino también a su notable actividad académica de difusión. En su obra Criminología etiológica-multifactorial, que nos llena de satisfacción y orgullo, como hispanoamericanos y miembros de honor de la Sociedad de Criminología de México y de otras latinoamericanas, no podemos ocultar nuestro gozo y verdadera satisfacción al observar los conocimientos que nos obsequia Hikal que ya dejara impresos en sus innumerables contribuciones anteriores. Como bien enseña el nuevo maestro de la Criminología, lo que ya se desliza e insinúa en sus valiosas reflexiones y aportes, atiende a múltiples materias que, por sus novedosas reflexiones, no pueden ignorarse, hoy en día, por los estudiantes y profesores del Derecho Penal y Criminología. Por ello, apunta el maestro Hikal:
es necesario atender al fenómeno criminal desde raíz, conociendo su origen, desarrollo y evolución, para con esto atender con tiempo a esos grupos vulnerables, y en el caso a los que ya han cometido una conducta criminal, trabajar con ese conocimiento para diagnosticar, pronosticar y tratar
. ¡Y sin duda alguna logra el autor su propósito! Su magnífica obra ha trabajado prolijamente sobre los innumerables factores que originan las conductas instrumentales de meta criminógena antroposocial y sobre los impulsos biológicos que le hacen posible.