De la primera forma de la poesía de Rafael Alberti, la que va desde el célebre "Marinero en la tierra", hasta "El alba del alhelí" escribió Juan Ramón Jiménez: "Poesía popular, pero sin acarreo fácil: personalísima; de tradición española, pero sin retorno innecesario: nueva, fresca y acabada a la vez; rendida, ágil, graciosa, parpadeante: andalucísima."
Más tarde, a la inspiración popular de pregones, nanas, canciones, poemas de toros, sucede un gongorismo a menudo impecable, que no rehúye lo burlesco, el grotesco más extremado. (Con "Sobre los ángeles" culmuna este período en la obra de Alberti.) La fecha 1939-1940 impresa bajo el título de "Entre el clavel y la espada" ubica históricamente esta colección de poestía cuyo sentido, a varias décadas de distancia, resulta singularmente complejo: es el momento en que la poesía de Alberti empieza la difícil recuperación de su primer universo, el clavel, aún sumido en el fragor de una realidad aciaga, la de la espada.