DARDANO DANIEL, CIPOLLA DANIEL, CIPOLLA HERNÁN
Una persona débil físicamente tiene un mayor riesgo de contraer enfermedades. En cambio, un organismo saludable tiene una fortaleza que refleja su vitalidad interior.
De la misma manera, los creyentes en Cristo pueden estar débiles espiritualmente o mostrar una fortaleza interior que los hace altamente resistentes. ¿De dónde nace la fortaleza espiritual? Sin dudas, de la presencia del Espíritu Santo en cada cristiano.
En una vida llena del Espíritu no puede dominar ningún conflicto espiritual, como tampoco el pecado o la influencia del diablo. En realidad, la plenitud del Espíritu manifiesta la victoria en todas las áreas. Además, evidencia el poder sobrenatural para hacer las obras que Dios preparó para sus hijos que, según Jesús lo expresó, en muchos casos serían mayores a las que Él mismo realizó. Todo esto proviene de la fortaleza del Espíritu Santo en el creyente.