Ninguna empresa está exenta de problemas de poder: choque de personalidades, competencia por los mismos objetivos, guerras entre departamentos...
Pero necesitas trabajar de forma productiva con todos tus compañeros por el bien de tu empresa y de tu carrera. Para conseguirlo sin comprometer tus valores, debes reconocer que existen dinámicas de poder y reglas no escritas que tienes que saber gestionar.