Hoy en día, las principales fuentes de energía son el petróleo y el gas natural, pero sus reservas estarán agotadas en 40 o 50 años. El hidrógeno, primer elemento de la tabla periódica, es la opción más factible para sustituirlos. Este liviano gas es el elemento más abundante del Sol y no existe en la atmósfera terrestre debido a que escapa de la gravedad de la Tierra.
A diferencia de combustibles como el petróleo y sus derivados, es un vector energético o portador de energía, es decir, es una sustancia que almacena energía que luego será liberada.
El hidrógeno se emplea en refinerías de petróleo, producción de amoníaco, metanol, hidrogenación de aceites vegetales y arenas bituminosas, confección de vidrios planos y en celdas de combustible. Estas celdas generan electricidad a partir del hidrógeno como combustible y el oxígeno como oxidante, mediante un dispositivo electroquímico que requiere un aporte continuo de estos reactivos. Una manera de disponer de energía necesaria para hacer funcionar las celdas de combustible y así generar electricidad cien por ciento sostenible es recurrir a las energías renovables como la solar y eólica, muy abundantes en diferentes regiones de Chile gracias a su amplia variedad climática.
La obra, escrita con un estilo conciso y directo, especialmente de la química, proporciona de una manera organizada y sistemática los fundamentos por los cuales el gas hidrógeno es un vector energético que puede producir energía térmica, eléctrica y numerosos productos químicos.