Dos jóvenes exaltados se marchan al sur de Francia para convertirse en militantes de ETA. Esperan instrucciones en una granja de pollos, acogidos por una pareja francesa con la que apenas se entienden. Allí se enteran de que la banda ha anunciado el cese de la actividad armada.
Abandonados a su suerte, sin dinero, sin experiencia ni armas, deciden continuar la lucha por su cuenta y fundan una organización propia en la que uno asumirá el papel de jefe y disciplinado ideólogo, y el otro, el de subalterno más relajado. El contraste entre el afán de gestas y las peripecias más ridículas, bajo una lluvia pertinaz, va llevando la historia hacia una especie de drama cómico. Hasta que conocen a una joven que les propone un plan.