Si nos venden por separado, June Lilly, y Dios no lo quiera -dijo la madre-, no olvides la tierra de la libertad de la que te hablé. Tú y yo somos fuertes. Llegaremos allí guiadas por la estrella polar y con la ayuda del buen Dios.»
A partir de las palabras de su madre, Julilly solo tendrá una meta en la cabeza: alcanzar Canadá. Pero, para ello, tendrá que hacer acopio de todo el valor y la fuerza que tiene por dos, porque a su lado viajará Liza, una joven que sufre serias dolencias de espalda producto de los castigos recibidos.
La travesía será larga y penosa, sin embargo en el camino hallarán manos amigas que las cobijarán del peligro constante.