La ILIADA y la ODISEA son dos tesoros milenarios que un pueblo genial --el pueblo griego que creó la tragedia, la filosofía y la democracia-- nos dejó para gozarlos y para alimentar y revitalizar la savia de nuestra grandiosa cultura, la que configuró a Europa y que hoy, en cierto modo, extiende su presencia a todos los rincones de la tierra.