Fleur Forsyte y su marido Michael Mont han sido padres por primera vez. Él ha abandonado su trabajo como editor y ha entrado en política ocupando un escaño en la Cámara de los Comunes. Ella no renuncia a sus frívolas reuniones sociales, afición que provocará un molesto pleito en los tribunales que pondrá a prueba la paciencia y habilidad del patriarca de la familia, Soames Forsyte. Mientras, el país sigue desangrándose por las heridas mal cerradas tras la I Guerra Mundial.