México, 1520. Tras la batalla del 30 de junio, diezmado y con el ánimo por los suelos, la figura de Hernán Cortés se pierde en la Historia como una anécdota. Sin el liderazgo del Capitán, los sobrevivientes de la Noche Triste, ahora encabezados por Pedro de Alvarado, pierden el apoyo de sus aliados indígenas y se ven obligados a establecer nuevos pactos y estrategias para asegurar su supervivencia bajo la hegemonía azteca.