Nací para ser buchona. El problema es que fue sin darme cuenta y no me quedaba claro de qué tipo sería. Pensamos que en la vida todo es blanco y negro, cuando en realidad pasamos mucho tiempo en el color gris hasta que algo nos revela cuál es el color por el que nos decidimos. Y a veces, no es blanco ni negro, sino un profundo color carmesí, el rojo de la sangre. Nos entrega la historia de Carolina, una bella y humilde sinaloense que conoce a El Rojo y de inmediato queda deslumbrada por este atractivo y peligroso hombre. Sin saberlo, se interna así en el mundo del narcotráfico que habrá de transformarla de forma radical. De ser una joven trabajadora se convierte en una buchona sofisticada cuya vida transcurre entre fiestas, viajes y ropa lujosa. Pero no todo lo que brilla es oro, y Carolina está a punto de descubrir de qué pie cojean los narcos.