Este poemario habla de la correspondencia entre los objetos del mundo natural y las sensaciones de los seres. En Los oficios del viento, los hombres, a su paso por la Tierra, sucumben ante la fuerza cíclica de una naturaleza inamovible. Sufren y tiemblan hacia el fenecer del día; renacen, se solazan, con el sol del amanecer. Temen a la muerte, huyen del dolor, pero aman y admiran para seguir vivos. El poeta llena de silenciosas preguntas el diminuto espacio, entre el espectador y su memoria, entre la cotidianidad y el mundo en continua destrucción. Otoniel revela influencias de Roque Dalton y su poesía concentra los ominosos efectos de la guerra, al tiempo que alumbra los entramados encantos de la afinidad humana.