En nuestro pais, los accidentes de tránsito constituyen la tercera causa de mortalidad en adultos la mayoría del sexo masculino, en un promedio de 35 años de edad. Sin lugar a dudas, tal índice, más que a problemas o deficiencias de infraestructura urbana o carretera, odedece a factores de tipo cultural, es decir, a la escasa o nula educación vial de muchos conductores. La educación vial implica respeto a las normas de tránsito y a los representantes de la ley; a la vida y a los bienes materiales de los démas conductores. En otras palabras: la educación vial reafirma y hace patentes los valores humanos adquiridos en el hogar y la familia. La persona que continuamente infringe las reglas de tránsito es un conductor de riesgo para si mismo, para los suyos y la comunidad.