Leer no siempre ha sido un gesto íntimo y solitario, aunque en los últimos cien años así lo
hayamos entendido. En el pasado, leer en grupo o en voz alta, para un colectivo más o
menos amplio, era algo bastante usual. Quizá esto fuese la semilla de lo que hoy conocemos
como un club de lectura. En bibliotecas, colegios, cafés, librerías o centros penitenciarios,
grupos muy heterogéneos se reúnen de manera periódica, cautivados por el maravilloso
placer de la lectura, para compartir sus ideas y emociones en torno a una obra literaria.
Cabría pensar que para crear un club de lectura sólo son necesarias dos cosas: libros y
lectores. Pero no son suficientes. Desde la extensión del libro elegido hasta la frecuencia de
las reuniones, pasando por el espacio donde tendrá lugar o el perfil del moderador y de los
participantes, cada factor influirá de manera determinante para que un club de lectura
resulte un completo éxito o se quede en un catálogo de buenas intenciones.
En este práctico manual, dirigido a todo tipo de público, encontrará respuesta a todos esos
aspectos, así como nuevas y provechosas ideas para forjar o potenciar al máximo un club de
lectura.