Cuando Louise y Renée, las dos protagonistas de la novela, salen del convento de Blois, separadas por la lejanía pero unidas por una profunda amistad, empiezan una correspondencia en la que describen sus más íntimas sensaciones sobre su existencia fuera de las paredes de la clausura: Louise vuelve a París, donde conocerá la vida mundana de la capital y el amor novelesco con un noble español desterrado; Renée regresa a la monótona y austera vida de provincias y se resigna a un matrimonio al parecer de conveniencia y a un destino ya escrito.