nttttt u00abEl lector, sin duda algo aturdido por su larga navegación, se encuentra abrumado en el trágico final: más adelante, cuando vuelva a abrir Moby Dick, por el comienzo o no, aunque ya sepa todo el desarrollo, no dejará de sentirse de nuevo arrastrado por la voz de Melville a navegar de nuevo, páginas y páginas. Es eso, en definitiva, lo que hace que algunas raras obras sean verdaderamente u201cclásicasu201d, esto es, inolvidables y siempre nuevas.u00bbDe la introducción de José María Valverdentttt