Solo un niño tan alto como un dedo pulgar es capaz de vivir las aventuras más inesperadas gracias a su astucia y claro, ¡a su tamaño! Este pequeño jovenzuelo logra salir de su casa y regresar después de haberse enfrentado a villanos y ladrones, y de pasar, sin darse cuenta, por ser bocado de una vaca lechera.