Felipe nunca ayuda en casa; es grosero, desobediente y un mal estudiante. Él sabe que un gran castigo lo está esperando, ¡pero no sucede! Sus padres no dicen nada; además, prácticamente lo ignoran. ¡Han decidido ir a la huelga! Con un tono irónico y una gran dosis de humor, la novela nos trae la realidad de un niño descuidado que se ve obligado a reflexionar sobre su mal comportamiento y cómo afecta a quienes viven con él.