Para Ernesto Mejía Sánchez, el lenguaje poético es un lenguaje viviente y tiene la facultad de operar mágicamente para crear todo aquello que nombra. Y es ahí donde radica su originalidad poética: en su concepción de la poesía como magia, hechizo, rito o conjuro y en la asimilación de la tradición poética de Occidente: el conceptismo del barroco español y el romanticismo europeo. Después de Darío será Ernesto Mejía Sánchez quien, con la absorción de otras literaturas, de otros autores, construya una obra sin par en la literatura hispanoamericana. (Víctor Ruiz).