Se trata, además de una colección de buenos cuentos, de una ventana por la que podemos asomarnos a la literatura popular del XIX, a lo que la hacía irresistible para miles de letores, a lo que continúa haciéndola irresistible a los ojos del muy experimentado y viajado lector del siglo XXI. Es gratificante descubrir que hay cosas que soportan el paso del tiempo sin apenas envejecer. Al abrir estas páginas, será el lector quien se sienta victoriano por unas horas. Qué dicha.» Care Santos, La tormenta en un vaso