Los chinos ofrecen enseñanzas sobre cómo utilizar la energía sexual para tonificar el cuerpo y hacer circular la fuerza vital que hay en cada persona. Cuando dos cuerpos se calientan y se dirige esa energía, es posible sanar tanto heridas emocionales como espirituales. El sexo provee de una fuerza y un calor capaz de sanar psicológica y físicamente, es natural que un cuerpo extasiado por el seco permanezca relajado por más tiempo, el ejercicio constante del gozo sexual, ayuda al cuerpo a permanecer en equilibro. No es difícil comprender porque el gozo dirigido, no sólo cura, también rejuvenece.