El rey de la sabana ha despertado y tiene un hambre feroz. ¡Es hora
de salir a cazar! Observa a su alrededor, en busca de la presa perfecta. ¿Antílope? ¿Búfalo? ¿Gacela? ¿Jirafa? Nada de esto se le antoja. De repente, sus ojos encuentran una jugosa cebra. Decidido, el león se prepara para
dar el gran zarpazo... Pero, entonces, una voz lo detiene y le recuerda
cosas que hasta el más temido de los animales nunca debe olvidar.