Se llaman Naima, Joachim, Lucia, Bachir o Víctor. La convención sobre los derechos del niño de 1989 les reconoce multitud de derechos, y sin embargo, no tienen agua, cuidados, vitaminas, escuela, atención ni libertades. Y sus vidas se tambalean.
Este libro, con imágenes y sus palabras, pretende hacernos reflexionar y dar a conocer al mundo esas carencias, con el deseo de que, algún día, millones de niños del planeta disfruten de una infancia diferente.