El cuento motor, es la aportación a los tipos de cuentos que queremos presentaros en este libro.
Este tipo de cuento, podemos clasificarlo como una variante del cuento cantado y del cuento representado, podríamos denominarlo cuento jugado, con unas características y unos objetivos muy específicos.
Fundamentándonos en toda la explicación que ha precedido a este apartado, vamos a tratar de justificar la relevancia que los cuentos motores pueden tener en la etapa educativa en que nos centramos.
Sabemos que la infancia, la preescolaridad, es una etapa donde el niño derrocha una gran energía física al moverse.
Comienza pronto a explorar su mundo próximo y en cuanto tiene la autonomía funcional suficiente, se abre camino a la exploración y conocimiento del mundo exterior que le rodea.
Esto lo consigue gracias a su capacidad motora. No es fácil ver durante mucho tiempo a un niño de estas edades sentado en una silla prestando atención. Esta peculiaridad en el comportamiento ha traído de cabeza a los sistemas educativos tradicionales, que han pretendido limitar e incluso inhibir la necesidad de conocer el mundo propio y exterior a través del movimiento.
Por estas razones, pensamos que los conocimientos que se quieran transmitir en estas edades, se deberían hacer respetando y aprovechando esta capacidad y necesidad de expresión corporal, que más que un condicionante para la enseñanza, que es como se ha entendido hasta hace muy poco, se debe convertir en un instrumento hacia la educación integral del individuo.