La eterna lucha está presente en el corazón de cada persona. La lucha no es visible como una guerra entre dos naciones, sino que el corazón vive en sí mismo la batalla entre el miedo de una vida insustancial y la explosión del poder y de amor para una vida fuera de las cadenas del mundo.
El espíritu de fuego simboliza la energía que se guarda dentro de cada uno de nosotros; es aquel amigo que habita en nuestros corazones, capaz de derribar cualquier obstáculo que se presente en nuestras vidas y con la fuerza para aventurarse en cualquier dirección que le represente una oportunidad de ser mejor.