En Japón hay alrededor de ocho millones de kami. Estos espíritus comprenden todo tipo de seres sobrenaturales, unos malignos y otros divinos.
Sin embargo, para los humanos la mayoría parecen extraños y atemorizantes, incluso malvados. Son conocidos por multitud de nombres: bakemono, chimimoryo, mamono, mononoke, obake, oni y yokai. Estos yokai habitan en un mundo paralelo y sus vidas se parecen a las nuestras en muchos aspectos: comen, cantan, bailan, juegan, pelean, compiten y hasta hacen la guerra.
Normalmente, nosotros nos mantenemos en nuestro mundo y ellos en el suyo. Sin embargo, a la hora del crepúsculo, las fronteras entre ambos mundos son tan frágiles que es posible cruzarlas. Por este motivo, para evitar encuentros no deseados, lo mejor es regresar y refugiarse en casa hasta que el sol se haya puesto completamente.