La menstruación no es sólo un fenómeno físico: es también una enorme fuerza que afecta profundamente a las mujeres y cuya energía puede aplicarse muy positivamente a nivel creativo, sexual y espiritual.
El ciclo menstrual era para nuestras antepasadas una fuente de maravillosas energías creativas, espirituales, sexuales, emocionales, mentales y físicas. Se trataba de un don que impulsaba a la mujer a renovarse cada mes, a manifestar y crear el mundo que la rodeaba, a conectar profundamente con la tierra y su familia, así como a expresar su sabiduría e inspiración.