El hombre moderno se vuelve completamente neurótico y la gran presión lo transforma. Pero no hay forma de volver atrás. La estimulación sensorial continuará aumentando.
Recibiremos cada vez mas información y la vida seguirá cambiando a ritmos más veloces. Tendremos que aprender, adaptarnos a cosas nuevas. Para aflojar esta presión es necesario entrar deliberadamente en momentos de meditación.
Durante una hora cada día, quien practique la meditación debe desaparecer del mundo y meterse en su propio ser; debe de estar tan aislado que nada llegue a él: ni un recuerso, ni un pensamiento, ni una fantasia; no debe de haber contenido alguno en su conciencia. Esto lo rejuvenecera y lo refrescará liberará nuevas fuentes de enegía en su interior; y el hombre volverá a estar en el mundo.
Esta breve pero intensa obra de osho representa una joya en su vasta bibliografía: es la compilación precisa y completa respecto a los conceptos que virtió acerca de la meditación a lo largo de su vida.